
Roberto González, conocido como "Rover Lober" es un artista especial, cargado de carisma. Desde que era niño, su madre y él cantaban juntos las canciones que escuchaban en la radio. Esa conexión con la música fue lo que le marcó. Con los años, sus padres le apuntaron a clases de solfeo y piano en una academia del barrio, donde comenzó a formarse de manera más técnica. Pero, a los 12 años, dejó el piano para pasar más tiempo en la calle, y fue ahí donde descubrí el hip hop y el R&B. Empezó a cantar gracias a un amigo llamado "Andy", y pronto su pasión por la música creció aún más.
Sus influencias eran claras: Lil Wayne, Akon y T-Pain. Fue entonces cuando se volvió adicto al autotune, una herramienta que muchos en la industria odiaban, pero que para él se convirtió en una forma de expresión única. Con el tiempo, decidió dejar el instituto para empezar a trabajar y, de alguna forma, "josear" como se dice en la calle, persiguiendo su sueño.
Hoy, su única ambición es seguir creando música, sus propias canciones, y vivir de ello. Quiere disfrutar de lo que hace, ser libre y seguir creciendo como artista. Para Rover Lober, la música es su vida, su refugio, y la forma en la que compartir su historia con el mundo.